La
situación educativa en México es retadora, ya que debemos atender situaciones
estructurales que propician las injusticias y las desigualdades, manifestadas
en pobreza y exclusión social de grandes sectores de la sociedad, prueba de
ello es el nivel de la deserción y el rezago educativo que hay en nuestro
país…. Son muchos los problemas: sobrecarga burocrática del profesorado, falta
de apoyo las TIC’s y TAC’s, falta de programas informáticos, grupos numerosos y
muy heterogéneos, la falta de adecuación de los programas educativos, necesidad
de capacitación docente, falta de esfuerzo de algunos educadores, falta de
organización en algunos centros educativos, falta de formación a algunos
directivos, excesiva burocracia, infraestructura deficiente, falta de
prestigio, falta de tiempo para preparar materiales, entre otros. Por
consiguiente, es imperativo atender de manera sistémica las necesidades del
profesorado, de los recursos, de los centros educativos, de la implicación de
los padres de familia hacia los procesos educativos de sus hijos y, en general,
urge atender todo lo que implica elevar la calidad educativa por el derecho de
nuestros niños y jóvenes de formarse dignamente para poder aportar algo a su
país con el orgullo de haber recibido la preparación que los llevará a ser la
mejor versión de sí mismos para aportar y transformar nuestra sociedad, en
donde prevalezca la base de los principios y valores para Ser, Hacer y Convivir
dignamente.
La
educación de nuestro país, con la nueva Reforma Educativa, busca ser más eficaz
en la lucha contra la desigualdad e injusticia que ha generado el sistema
educativo, dando respuesta a las necesidades reales que la nueva reforma considera
sobre un carácter regional, pluricultural y étnico. Ofrece un espacio
privilegiado para la formación de ciudadanas y ciudadanos atendiendo los
desafíos de rezago educativo que según el INEA (2019), es del 30% en nuestro
país. Este es el contexto que nos hace plantear una educación que motive y
brinde herramientas al alumnado para transformar las condiciones de sus propias
vidas, las de su comunidad y las de otras comunidades excluidas en el país.
El
profesorado, en la actual Reforma Educativa, juega un papel activo e
imprescindible con un sentido más ético sobre el compromiso que adquiere el
ejercicio de la profesión por vocación y no por amenaza. Se reconoce su trabajo
cotidiano en clase, como un promotor de creencias, valores y acciones del
alumnado, que transciende el ejercicio de la profesión en sí misma y lleva a
reflexionar sobre la finalidad y el sentido de la educación. Por lo tanto, la
evaluación del profesorado será en sentido positivo y no punitivo, no coercitivo.
En este sentido se promueve una evaluación formativa, se
revalora al magisterio al darle en la Constitución una posición de «agente
de transformación nacional». En este sentido, evaluar al profesor
significa establecer la metodología para establecer el proceso de mejora con
estrategias concretas que brinden al maestro la facultad de adquirir
competencias que le hicieran falta para sentirse realizado y satisfecho con su
trabajo. Se simplificarán los procesos administrativos del docente, por lo que podrá
centrarse en su práctica educativa para que pueda dedicar más tiempo en
preparar sus clases y en su formación profesional, creando y diseñando
ambientes de aprendizaje que beneficie al alumnado.
La
escuela, desde la perspectiva de la Reforma Educativa actual será un espacio
para establecer una formación integral, que fomente los valores, especialmente
el respeto a la diversidad, para que se propicie el diálogo, el entendimiento y
la participación sin importar género, ni raza, ni clases sociales. Se establece
un enfoque humanista e incluyente para que se propicie la igualdad y la
equidad, para que los futuros ciudadanos entiendan el mundo a través de los
valores universales donde hay aceptación y tolerancia ante las diferencias
culturales.
La Reforma Educativa, como factor de transformación, impulsará una «educación cultural», donde se introducirá la obligatoriedad en los planes de estudio que incluyan el civismo, los valores, la cultura, el arte, la música, el deporte y el respeto al medio ambiente. Es positivo hacer énfasis en estas disciplinas toda vez que, la educación integral que incluye el civismo y los valores, permitirá que nuestros niños y jóvenes tengan los principios y reglas de cumplimiento para una sana convivencia. Se deberá comenzar con la formación de los valores como el respeto, el diálogo, la libertad, la igualdad, la solidaridad, la justicia, para lograr armonía y/o conciliación entre pares, y debido a que en México necesitamos que cada persona se desempeñe con honradez, siendo uno de nuestros principales retos, se debe trabajar con estrategias formativas eficientes, con casos prácticos, rescatando en la cotidianidad las situaciones de conflicto para que se apliquen los valores en los lugares de convivencia entre los compañeros, en el aula y fuera de ella. Lograremos formar a las futuras generaciones en una conciencia de toma de decisiones a favor de la convivencia entre las personas. Necesitamos niños y jóvenes con una conciencia sana que se sientan orgullosos de actuar por convicción y con criterios bien definidos, para que los alumnos puedan tomar decisiones acertadas e informadas, eligiendo siempre el bien común, utilizando el razonamiento y la autonomía con principios sólidos, para tener una mejor proyección social.
Otro
aspecto que se destaca en el plan de estudios, es la propuesta a la educación
del Medio Ambiente para una solución emergente a lo que estamos viviendo con el
cambio climático. El respeto del Medio Ambiente se deberá trabajar con una
visión sistémica para analizar la problemática global, revisando todos los
elementos de la naturaleza, los ciclos, ecosistemas así como su regeneración
como solución. El alumno, es quién hará planteamientos a través de proyectos de
intervención que incluyan desde la concientización orientada a reflexión de la
conducta irresponsable del ser humano con la naturaleza, y establecer
soluciones proactivas y no destructivas, que puedan hacer
cambios sustantivos a favor de mejoras de su entorno natural. Situación de gran
relevancia a lo que el alumno necesita aprender para vivir mejor. El programa
debe intencionar que el aprendiz tome medidas de manera responsable, influir
positivamente en los demás, con conocimientos sólidos para que se cambie la
forma de pensar, dejar de explotar a la naturaleza. La meta sería que el alumno
traslade a su vida las medidas responsables comprometido con el Medio Ambiente,
con implicaciones relevantes para el futuro de las personas y en general, de
los seres vivos en el planeta Tierra. Esto es reorientar la educación, es lo
que necesitamos hacer hoy, empoderar a los futuros ciudadanos que trabajan con
una visión integral de calidad de vida para todos. Aprender a vivir juntos de
manera responsable, respetando la biodiversidad, resolviendo los desafíos y con
las medidas que contribuyan al desarrollo sostenible.
Para impulsar una educación cultural, que fomenta los valores, el civismo, el respeto al medio ambiente, el arte, el deporte, la música; necesitamos integrar nuevos recursos cognitivos, estratégicos y actitudinales más eficientes y congruentes con las necesidades humanas. Capaces de superar el dualismo cultural, tecnológico, científico, biológico, social y espiritual que ha causado tantos problemas. Los avances tecnológicos no han sido desarrollados con bases éticas, pues seguimos trabajando con una inteligencia ciega que fragmenta los conocimientos. Por lo tanto, debemos propiciar en la educación, de niños y jóvenes, la necesidad de mantener la curiosidad natural del ser humano, acompañada de metodologías que fomenten la observación sistemática para captar las relaciones entre los fenómenos, acontecimientos o procesos naturales, sociales y culturales. Pero también compromiso y pasión para transformar los proyectos sociales, tecnológicos y científicos en praxis en favor de la humanidad. Para lograr lo anterior, debemos afrontar nuestros retos educativos, deberemos desaprender y superar los sistemas cerrados y construir sistemas innovadores de pensamiento y cooperación, que enriquezcan nuestra cultura, para sentirnos orgullosamente mexicanos y representemos dignamente a nuestro país en encuentros educativos, deportivos y culturales.
La
actual Reforma Educativa, promueve una educación pública, gratuita e integral
desde la educación inicial hasta la superior. Destaca la necesidad de una
educación de calidad para todos, para que los alumnos puedan aprender a
aprender a través de metodologías innovadoras que propicien la creatividad y la
colaboración en espacios vivenciales y dinámicos.
El
Estado implementará el sistema de becas Benito Juárez para fomentar la
permanencia.
Para lograr la escuela que plantea la Reforma Educativa actual, tendremos que participar todos: los padres de familia, los docentes, los directivos, los administrativos, los legisladores, y los protagonistas del aprendizaje. Por lo que se sugiere atender a los intereses y motivaciones, además de vincularlos con los contenidos curriculares para generar experiencias de aprendizaje significativos. Mostrar interés por crear ambientes de aprendizaje para que los alumnos decidan, debatan, dialoguen, concilien, hagan críticas constructivas, propongan soluciones a problemas reales. En conclusión, tendremos que participar en la generación de situaciones de aprendizaje donde los alumnos cumplan con sus metas personales y profesionales y, a su vez, construyan un proyecto para transformar a México en un mejor país.
D.
R. © 2019, Luz María Félix Barajas
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